Mireia Belmonte, alérgica al cloro y subcampeona
olímpica en natación
La nadadora de Badalona se adentró en las piscinas debido a una escoliosis
cuando tenía cuatro años
Juegos Olímpicos: Mireia
Belmonte, medalla de plata en los 800 metros libre, su segundo metal en Londres
2012. AFP
Mireia Belmonte ha dejado de ser la eterna promesa
de la natación española para entrar en la historia de los Juegos
Olímpicos con sus dos platas, en los 200 metros mariposa y en los 800 libre. Ni el asma ni
su alergia al cloro han impedido que Belmonte consiga su
sueño.
Su pasión por las piscinas llegó a la temprana edad de cuatro años. Los
médicos le aconsejaron la natación para corregir una escoliosis (una
desviación en la columna) y desde entonces no ha dejado de crecer en el agua.
Ha pasado por el Club Natació de Badalona y el Club Natació de L’Hospitalet
antes de llegar a su actual Club de Natació Sabadell.
A medida que iba creciendo sus entrenadores veían mucho potencial en
aquella niña tímida y de ojos claros. A los 16 años su nombre empezó a sonar
con fuerza cuando se proclamó campeona del mundo Junior en Río de Janeiro en
las modalidades de 400 libres y 400 estilos.
La piscina corta se volvió su mejor aliada cuando ganó tres oros en los
campeonatos de Dubai 2012 y cuatro al año siguiente en Szczecin. Las ocho horas
diarias de entrenamiento le proporcionaban ser la sirena más rápida en las
competiciones en las piscinas cortas, pero en las largas la presión podía con
ella.
Mireia Belmonte tenía problemas para dar lo mejor de sí cuando llegaba una
gran cita. Las citas más mediáticas la anulaban. Un ejemplo de ello se vio en
los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, cuando Mireia, con 17 años, era una de las
grandes esperanzas de España. Participó en las pruebas de 200 braza, 200 y 400
estilos y formó parte del relevo de 4x100 estilos, pero estuvo muy lejos de sus
mejores tiempos del año.
Tenía el potencial para ser una gran ganadora, pero le faltaba controlar el
aspecto psicológico. Por ello su entrenador Frederic Vergnoux le programó dos
horas semanales de trabajo mental con un psicólogo para controlar los nervios y
la presión mediática a la que empezaba a ser expuesta.
Para el 2012 Mireia ya se había convertido en una deportista más
profesional e inició el año con el oro en los 1.500 libres y una plata en los
400 libres en los Europeos de Hungría. Belmonte llegaba en las mejores
condiciones posibles a su segunda cita olímpica y con sólo 21 años.
La ‘Leona’, como la bautizó el ex director técnico de la Federación
Mauricio Coconi, peleaba en hasta seis pruebas distintas (400 y 800 libres, 200
mariposa, 200 y 400 estilos y los relevos de 4x200 libres) y el ansiado metal
se hizo esperar hasta su tercera final, la de 200 mariposas. A ‘priori’ era la
modalidad en la que menos opciones tenía, pero fue la más agresiva de la prueba
y, de no ser por la china Jiao Liuyang, podía haber conseguido la medalla
dorada.
Dejar sus fantasmas atrás ha sido la clave del éxito para la joven de
Badalona que esta noche se ha convertido en la nadadora española más laureada
de la historia, tanto en categorías masculinas como femeninas, gracias a
su segunda medalla de plata en la prueba de los 800 metros libre.
Las curiosidades de Mireia
Mireia Belmonte tuvo que dejar sus estudios de empresariales para poder dedicarse de pleno a la natación y ahora que ha conseguido una medalla debe cumplir su promesa de saltar en paracaídas.
Mireia Belmonte tuvo que dejar sus estudios de empresariales para poder dedicarse de pleno a la natación y ahora que ha conseguido una medalla debe cumplir su promesa de saltar en paracaídas.
Está obsesionada con el color rosa y con pintarse las uñas antes de cada
carrera. De no haberse dedicado a la natación confiesa que habría intentado ser
modelo.